Poemas «Charly Cayendo Para Siempre»

Felipe Rodríguez Cerda

 

Yendo del balcón a la piscina: cuando Charly se tiró desde un ...

 

 

Piso 9

Bueno

¿Qué quieren?

Esnifábamos talco

Con la potencia con que alguna vez

Olíamos coloridas flores en la infancia

               Y todo bien.

Desde el noveno piso

Podía ver en el fondo de la piscina

Un símbolo de paz, no sé

La muerte.

 

 

Piso 8

Yo la veía de música

Pensaba que con el piano

Podría pintar verde al fin

Las grises palomas

Residentes en los campanarios

De las Iglesias Franciscanas

Que de apoco se derrumban

Allá en Rosario.

 

 

 

Piso 7

En todas las formas a veces hallo filos

Y lanzar los teclados por el aire

Es necesario para sobrevivir.

Hacer caso al oído absoluto

No es tanto haber dado

Conciertos desde los cuatro años

Como saber el tamaño de una gota de agua

Por el sonido producido

Al desintegrarse

Sobre los adoquines de la terraza.

 

 

 

Piso 6

Bien la gravedad

Pide mi cuerpo,

El vacío primero

Y luego el agua

No mucho más, 

Pero sobre todo los colores proyectados en mis adentros

Al cerrar los ojos en el fondo de la piscina,

El gozo del proceso.

 

 

Piso 5

Y si cayera para siempre

O peor

me detuviese en el aire

Y quedaran suspendidas conmigo

Unas cuantas fotos

De viajes a distintas playas del Cono Sur,

De seguro tranqui

Sonreiría.

 

 

 

Piso 4

Por más guayaberas que uses, loco

No harás venir de nuevo aquel verano.

 

 

Piso 3

A veces

Ciertamente soy un verdadero pelotudo,

Olvido que respirar el mismo aire

Nos hace cómplices a todos

En este estadio de iluminado sudor.

 

 

 

Piso 2

Siempre termino en el afternoon, en la fiesta

Buscando tesoros en los molares de las bestias

Dando amor sonoro

Con la lentitud del aceite de oliva en un comienzo

Y, luego, frenesí por la zarza-mora.

Cuando se me queme definitivamente el rancho

Seguramente diré menos,

Dejaré rodar las monedas,

Seré menos duro.

 

 

 

Piso 1

Yo también hago lo propio en descenso

Recuerdo sobre todo el timbre

Con el cual pronunciabas mi nombre,

Ahora lo único tuyo en este país

Es tu sangre contenida en el mosquito

Que ahora sobrevuela un pantano

A las afueras de Buenos Aires.

 

 

Piscina      

En mitad del concierto ser capaz

De dar la espalda al público

Y cerrar los ojos,

Silenciarse.

Sentir la albahaca recién arrancada en tus manos

Aflorar

Tomar aire

Ser inmune a los periodistas.

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